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Osteopatía y fibromialgia
Osteopatía y fibromialgia
lunes 13 de mayo de 2013
LA OSTEOPATÍA ES EFICAZ EN LA FIBROMIÁLGIA Y FAVORECE SOBRE TODOS LOS ASPECTOS EN QUE SE MANIFIESTA.
La Fibromialgia es una causa frecuente de dolor crónico generalizado, y se manifiesta en músculos, tendones, articulaciones y vísceras. Requiere de una atención multidisciplinar, personalizada, y la Osteopatía, estructural, visceral y craneal, puede ser muy útil en este propósito. Pues se ha demostrado eficaz sobre todas las manifestaciones de este síndrome (1).
El empleo de las Medicinas Complementarias y Alternativas es común en pacientes con fibromialgia (FM). El uso de una variedad de métodos como Osteopatía, Terapias Manuales, Medicina Tradicional China, hidroterapia, Psicoterapia, y otros métodos de Medicina Complementaria y Alternativa, son demandados y han demostrado su eficacia en el empleo de esta enfermedad (2,3).
Los gastos médicos y las tasas de discapacidad son altos en la fibromialgia. La terapia con medicamentos, incluyendo el uso de antidepresivos y fármacos antiinflamatorios no esteroideos, ha sido la base del tratamiento para la FM. En general, el uso de estos medicamentos ha dado como resultado el alivio de los síntomas, pero sus beneficios son modestos, y disminuyen con el tiempo (4-9).
El dolor y otros síntomas de la Fibromialgia se retroalimentan con el paso del tiempo, por lo que es muy importante una precoz atención adecuada.
Otras opciones no farmacológicas, como la Osteopatía y otros métodos de Medicina Complementaria y Alternativa deberían ser tenidas en consideración, por su demanda, sus beneficios sobre la salud y el ahorro sobre el coste que puede suponer en el manejo de esta enfermedad (10-23). 
La fibromialgia se caracteriza, por presentar dolor musculoesquelético difuso, con la presencia de un determinado número de Trigger Points (TP) o puntos sensibles a la presión, rigidez articular y síntomas sistémicos, como trastornos del estado de ánimo, fatiga, disfunción cognitiva, insomnio o intolerancia al calor y al frío sin que exista enfermedad orgánica subyacente y tiene una clara prevalencia en mujeres. Sin embargo, puede estar asociada con enfermedades específicas, tales como patologías reumáticas, intestino irritable, enfermedad de Raynaud, trastornos psiquiátricos o neurológicos, infecciones o diabetes (24-27).
Es de origen desconocido, pero se considera que la sensibilización central es el principal mecanismo involucrado, y que otros factores, como genéticos, inmunológicos y hormonales, puede desempeñar un papel importante. La etiología y la patogénesis de la fibromialgia aún no se entienden completamente. Varios factores, como la disfunción de los sistemas nerviosos central y autónomo, neurotransmisores, hormonas, sistema inmune, factores estresantes externos, aspectos psiquiátricos, y otros, parecen estar involucrados. El diagnóstico es clínico, y desde 1990 se basa principalmente en los criterios diagnósticos definidos por el Colegio Americano de Reumatología, que consiste en síntomas y un número determinados de puntos sensibles a la presión. Recientemente, en 2010, estos criterios se han actualizado.
La Osteopatía puede ser eficaz porque interviene sobre los mecanismos fundamentales de este trastorno: la sensibilización central, las vías descendentes, la activación de las células gliales, y los neurotrasmisores.
La sensibilización central se considera el principal mecanismo implicado. Y cuando se describe, define a la perfección el concepto neurofisiólogico de lesión osteopática. Porque esta sensibilización central se produce cuando la entrada nociceptiva persistente (estímulos potencialmente dañinos para los tejidos) conduce a aumento de la excitabilidad de las neuronas del asta dorsal de la médula espinal. En este estado de hiperexcitación, las neuronas de médula espinal producen una mayor capacidad de respuesta a la estimulación nociva, e incluso a una estimulación anteriormente inocua (28-32).
Las vías descendentes, es otro mecanismo supuestamente implicado. Son vías inhibitorias del dolor, que modulan las respuestas de la médula espinal a los estímulos dolorosos, y parecen estar alteradas en pacientes con fibromialgia. Contribuyendo a exacerbar la sensibilización central (33-35).
La activación de células gliales también parece desempeñar un papel importante en la patogénesis de la fibromialgia, ya que ayudan a modular la transmisión del dolor en la médula espinal. Activado por diversos estímulos dolorosos, liberan citoquinas proinflamatorias, óxido nítrico, prostaglandinas, y especies reactivas de oxígeno que estimulan y prolongar la hiperexcitabilidad de la médula espinal (36-38].
La facilitación de estas vías es el origen de la lesión Osteopática: porque en la lesión osteopática los impulsos aberrantes hacia la médula espinal pueden proceder de influjos endógenos, que pueden ser: superiores (provenientes de estas vías descendentes); periféricos (provenientes de los propioceptores del sistema musculoesquelético) y viscerales.
Los neurotrasmisores, como la serotonina y el triptófano, que tienen un importante papel en la modulación del dolor, parecen estar implicados en la sensibilización central Porque algunos estudios encontraron niveles bajos, tanto en el suero como en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Además, la serotonina también está implicada en la regulación del estado de ánimo y el sueño, lo que podría explicar la asociación entre la fibromialgia, el sueño y los trastornos mentales (39-46).
Otros neurotransmisores, como la noreprinefrina, la dopamina, la sustancia P, endorfinas, y encefalinas, péptidos del sistema opioide endógeno, parecen ser hiperactivos, pero no son capaces de modular el dolor, lo que parece explicar la reducción de la eficacia de los opiáceos exógenos (47-54).
Las manipulaciones fasciales influencian sobre el sistema endocannabinoide: por lo que los profesionales de las Terapias Manuales disponen herramientas para tratar los Trigger Points en la fibromialgia. Y de esta manera, pueden obtener buenos resultados en la desregulación del sistema endocannabinoide, que ayuda en la forma del desarrollo embriológico, disminuye la nocicepción y el dolor, reduce la inflamación en los tejidos miofasciales y desempeña un papel en la reorganización fascial (55).
No ha sido encontrada evidencia clara de patología muscular en la fibromialgia. Sin embargo, en la fibromialgia, hay alguna evidencia de disfunción del tejido conectivo intramuscular, o fascia.
La fascia está ricamente inervada, y las células principales de la fascia, los fibroblastos, se han demostrado que secretan citoquinas proinflamatorias, en particular interleukina 6 (IL-6), en respuesta a la tensión. Recientes estudios de biopsia, usando técnicas de tinción inmunohistoquímica, han encontrado mayores niveles de colágeno y mediadores inflamatorios en el tejido conectivo que rodea las células musculares de los pacientes con fibromialgia. La inflamación de la fascia es similar a la descrita en condiciones tales como la fascitis plantar o la epicondilitis, y puede ser mejor descrita como una respuesta de curación disfuncional. Esto puede explicar por qué los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y los esteroides orales no han resultado eficaces en la fibromialgia. La inflamación y la disfunción de la fascia pueden conducir a la sensibilización central en la fibromialgia (56).
Con Osteopatía se pueden descubrir estos desarreglos causantes de la FM, e influenciar favorablemente sobre sus repercusiones mediante las manipulaciones. La evaluación osteopática busca identificar, de forma específica, las disfunciones estructurales de la persona. Para después, poder aplicar un trabajo osteopático, que se enfoca a las fascias, ya sea a nivel estructural o musculoesquelético, visceral o craneal.
Las técnicas de normalización osteopáticas, equilibran la tensión fascial y reducen el número de influjos enviados a la médula, lo que disminuye el nivel de facilitación del segmento medular en cuestión y rompe el círculo vicioso. Por estos motivos, pueden tener influencia sobre la fibromialgia.
La Osteopatía tiene influencia sobre los niveles en circulación de biomarcadores del dolor, como β-endorfina (βE), serotonina (5-hidroxitriptamina [5-HT]), ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA), la anandamida (arachidonoylethanolamida [AEA]), y N- palmitoiletanolamida (PEA). Asociándose cambios con el stress (57).
La Osteopatía también tiene efectos sobre el estado de ánimo, como ansiolítico, analgésico o sedativo, que popularmente se asociaba con cambios en el sistema de endorfinas, y en realidad pueden estar mediados por el sistema endocannabinoide (58).

Conclusión: en el manejo de esta enfermedad es conveniente un enfoque multidisciplinario, donde se asocien tratamientos no farmacológicos. El uso de Osteopatía y otros métodos de Medicina Complementaria y Alternativa son eficaces, y deberían ser tenidos en consideración, por su demanda, y el ahorro sobre el coste que puede suponer la fibromialgia. Lo que está justificado por el alto coste que supone el tratamiento farmacológico, porque la mayoría de antiinflamatorios no esteroideos y los opioides tienen un beneficio limitado, y se emplean antidepresivos y neuromoduladores antiepilépticos, no carentes de riesgo, en este trastorno considerado crónico.
Gabriel Díaz García (D.O.)
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